En los días anteriores a dejar la escuela, estuve trabajando con los niños con el cuento The Very Lonley Firefly de Eric Carle, así que decidí hacer algo bonito para los niños de despedida, y tanto a los de primero como a los de Kinder 2, les di un títere de dedo de la libélula.
Fue una despidida agridulce, los niños fueron muy cariñosos y recibieron con entusiasmo el regalito que incluía una nota para los padres diciéndoles que apreciaba haber trabajado con sus hijos y que cada uno es listo y maravilloso, pero fue triste también que me dijeran "no te vayas" y me abrazaran.
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